lunes, 24 de septiembre de 2007

Costa Rica, Irlanda y el TLC


En los últimos años, economistas y políticos de todo el mundo han tornado su mirada hacia Irlanda. Este país es considerado un ejemplo a seguir, pues, en menos de dos décadas, ha pasado de ser un país en desarrollo con una economía basada principalmente en la agricultura y en los bienes de consumo básicos (como es el caso actual de muchos países de Latinoamérica) a “el mejor país del mundo para vivir” según The Economist Inteligente Unit. Sin lugar a duda, una de las principales razones de su acelerado crecimiento económico fue el ingreso de inversión extranjera directa de alta tecnología al país en la década de los noventas.

Realmente, el crecimiento que ha tenido Irlanda en las últimas dos décadas es el fruto de mucho trabajo, planificación y políticas internas de desarrollo que empezaron a implementarse desde los cincuentas. El gobierno Irlandés optó por una nueva política de desarrollo estratégico fundamentada en atracción de inversión extranjera, calidad de educación, desregulación de telecomunicaciones y políticas de economía de mercado (entre ellas, reducción de tarifas arancelarias y acceso a mercados). Todo esto permitió que Irlanda se diera a conocer como una potencial y atractiva sede para grandes industrias de capital extranjero, y en especial, industrias de alta tecnología (electrónica y equipos médicos por ejemplo). Enfatizo en el hecho de que se instalaron industrias de alta tecnología porque, son precisamente este tipo de empresas, las que generan los encadenamientos de conocimientos más provechosos para la población del país sede.

Definitivamente las políticas liberales de apertura de mercados, las reformas en educación y otras demás reformas internas ayudaron considerablemente. Sin embargo, cabe destacar que de nada conviene tener condiciones de país muy favorables si no se cuenta con un mercado lo suficientemente grande para que las empresas transnacionales puedan vender a los volúmenes deseados. De poco hubieran servido todas estas reformas si Irlanda no hubiera ingresado a la Unión Europea. Empresas como Intel y Dell aprovecharon las buenas condiciones y la mano de obra “barata” de Irlanda para vender a los países ricos de la región.

Estas políticas no son muy diferentes a las implementadas en Costa Rica en los últimos veinte años. El Gobierno de Costa Rica, al igual que Irlanda, ha fundamentado su política comercial exterior en la apertura hacia mercados internacionales y en la búsqueda de condiciones que faciliten la atracción de inversión extranjera. Esto ha permitido que, igual que Irlanda, Costa Rica se haya convertido en sede de muchas industrias transnacionales de alta tecnología y el mejor ejemplo de esto es Intel.

Igual que en Irlanda, de poco sirve tener buenas condiciones para invertir si no se cuenta con un mercado atractivo. Los beneficios de la ICC para nuestro país han sido, y siguen siendo, muchos y de mucha importancia para nuestro desarrollo. Pero queda a criterio de los Estados Unidos seguir concediendolos o no. Esto implica un riesgo demasiado elevado que no nos podemos dar el lujo de dar. La aprobación del TLC es de suma importancia para asegurarnos estas condiciones. Además, considero que Costa Rica ha llegado a un nivel de madurez económica apto para sacarle el mejor de los provechos.

Arturo Rosabal Arce

Programa de Radio


La Alianza del Sí en Santo Domingo de Heredia los invita a escuchar el programa de radio todos los dias en www.navegalo.com sobre el TLC de 10 a 11 a.m. Se estará discutiendo, informando y aclarando dudas. Ahora tiene un espacio más donde conocer acerca del TLC. Por un voto inteligente, por un pueblo informado

viernes, 14 de septiembre de 2007

Invitación a actividad


Este lunes 17 de setiembre a las 7 pm habrá una charla de los beneficios del TLC en el salón comunal de San Rafael de Heredia, frente a la Clínica de la CCSS con la participación de Otto Guevara. Esperamos contar con su presencia para demostrar que los heredianos decimos sí al progreso, sí a más empleos, sí a más libertad, sí a más y mejores bienes y servicios y sí a más oportunidades.

jueves, 13 de septiembre de 2007

¿Libertad de expresión?


De la misma manera como lo explica Alejandro Barrantes en su artículo de La Nación (10/9/07), en la mañana del 6 de setiembre asistí a una manifestación pacífica organizada por estudiantes de diversas carreras de la UNA denominado "UNA SÍ" pues me sentí totalmente identificada con el mensaje que se reflejaba en la invitación: "Un pensamiento diferente, una oportunidad para TODOS". Cómo no identificarme si vivimos en un país donde todos tenemos la oportunidad de expresarnos y más aún en una casa de enseñanza donde bien lo plantea el Estatuto Orgánico de la Universidad en su artículo 1, inciso d, el cual asegura "… el respeto a las distintas posiciones teóricas, metodológicas, ideológicas, religiosas y filosóficas de los miembros de la comunidad universitaria.".


Inicio de la "aventura". Al hacerme presente en la Explanada de Ciencias Sociales, observé a administrativos, académicos y estudiantes retirando el material a favor del Tratado de Libre Comercio (postales, pancartas, boletines informativos, etc.). Me sorprendió mucho ver la intolerancia de esas personas, pues no soportaron la presencia de material que iba en contra de su ideología. Los ánimos se caldearon y la violencia verbal tuvo lugar por parte de los miembros del NO. Un alto funcionario administrativo dio una orden verbal a los guardas para no dejar entrar a ninguna persona con camisetas alusivas al SÍ TLC o con material de la misma tendencia, por lo cual nos trasladamos a la Explanada de Ciencias Sociales hacia la Explanada del 11 de abril.

Defensa de posiciones. No me caracterizo por gritar en este tipo de eventos, pero sí por defender lo que pienso. Y en esa explanada le afirmé a más de un estudiante y académico que yo me encontraba a favor del TLC, de modo que ejercí responsablemente mi derecho a la libre expresión, consagrado en nuestra Constitución Política. No obstante, al ver que los opositores al TLC se encontraban alterados por la manifestación de mis compañeros, decidí retirarme hacia mi casa. Cuando me dirigía hacia el parqueo de la Biblioteca Central, un estudiante que portaba una camiseta con distintivos del NO al TLC me preguntó a mis espaldas que si efectivamente yo estaba a favor del TLC. Cuando volteé para responderle afirmativa y orgullosamente el joven me golpeó en el rostro.


Desilusión y temor. El golpe fue tal que además de lesionar mi rostro (confirmado médicamente por el Centro de Salud de la UNA) perjudicó mi sentimiento de seguridad. No obstante y a sabiendas que mi puesto dentro de la Federación de Estudiantes de la UNA me hace vulnerable e identificable, decido hacer público este hecho. Lo que más me duele no es el golpe, sino que en esta casa de enseñanza no sea posible transmitir opiniones diferentes y que el respeto a la diversidad no sea más que una utopía. Pero como estudiante de educación de preescolar comprendí que mi obligación es trasmitir valores a niños en formación, por lo cual, debo inculcar la fortaleza y la tolerancia. Por eso quiero informarle a la población que las universidades públicas dejaron de ser universidades y se convirtieron en sectas de adoctrinamiento donde ya no se piensa sino que se golpea. Siendo así, me preocupa pensar qué pasará de ahora en adelante. Temo pensar que las manifestaciones de violencia por parte de personas irracionales se incrementen. Y eso es lo más triste de todo, máxime si se trata de un país democrático y pacífico como el que se supone que es Costa Rica.


Cristina Bartels, estudiante de Educación preescolar

martes, 11 de septiembre de 2007

Programa de Radio


Estimados amigos: les informamos que todos los sábados a las 12:00 mediodía y por radio Centro (96.3 FM) se transmite el programa de Radio de la Alianza del Sí en Santo Domingo de Heredia. Le invitamos a escucharlo y participar. Asimismo, cualquier consulta puede hacerla por este medio y nosotros la responderemos al aire.

jueves, 6 de septiembre de 2007

UNA mañana triste para la racionalidad


El día de hoy me presenté a una actividad en la Universidad Nacional convocada por el grupo de Universitarios por el SÍ en esa casa de estudios. Desde el inicio, la intolerancia e irracionalidad de los del NO buscó entorpecer una manifestación pequeña. Primero fue un par de estudiantes (una señorita que es meritoria de cualquier calificativo excepto ese) que arrancaron los carteles pegados y hasta escupieron a uno de los del SÍ. Nosotros grabamos el acto vandálico y se lo facilitamos a la prensa.

Con ánimos de evitar problemas, decidimos apostarnos en la explanada de la UNA con una manta del SÍ y con panfletos informativos para repartirlos entre la gente que pasaba por el lugar. Inmediatamente, los reaccionarios del NO llegaron en manada con sus pancartas y una folclórica máscara de Oscar Arias. Nosotros llevábamos cimarrona y el espíritu pacífico para hacer de esto una expresión de criterio pero ellos comenzaron a provocar hasta el punto de poner su manta frente a la nuestra, gritarnos vendidos, "how much" y advenedizos.

Fieles a las normas, los del SÍ acatamos las disposiciones de los guardas de seguridad: permanecer en la acera y no repartir panfletos dentro de las instalaciones, a pesar de que los guardas no quisieron mostrar el reglamento o documento donde así se establecía, luego de que yo les pregunté de qué norma se derivaba su acto. Digo, como el principio de legalidad se supone también cubre a las universidades. ¿O será que es dicho principio es, para las autoridades universitarias, una prueba más de la intención violatoria de la autonomía de la Administración para con las universidades?

Pero lo más sorprendente fueron las palabras: el Secretario General del Sindicato de Trabajadores de la UNA (SITUN), Gerardo Cháves (curioso apellido) me gritó, frente a la prensa escrita (La Extra) y la radiofónica (Radio América): "¡ustedes vienen a mi casa a insultar y provocar! ¡Fuera de mi casa advenedizo, esta es mi casa y aquí yo digo que estamos con el NO!. Viva, este señor demostró su nivel intelectual y racional con la máxima "es así porque yo lo digo". ¿Se habrá dado cuenta de que estaba en una universidad pública (si, a pesar de que no me gustan para nada los impuestos no me queda más que pagarlos y de ellos se le giran recursos a las universidades públicas)? Pero peor aún, se habrá dado cuenta que lo que decía no debería tener cabida en una institución que, se supone, es una academia y como tal, debe privilegiar los debates, las ideas y los argumentos, no los escupitajos e insultos propios de un estadio.

Mientras insistía a los guardas aplicaran con justicia e imparcialidad la supuesta disposición prohibitiva de repartir propaganda, un supuesto profesor, llamado por unos Edwin Cedeño pero por otros Raúl Rivera, se avalanzó sobre mí (por dicha intervino el guarda, pues sino este servidor estaría no escribiendo, sino dictando su nota en algún hospital), increpando "¿por qué llegás a imponer la ley del Senado gringo?". El mismo señor pasó toda la mañana rondando, cual buitre, la zona donde los del SÏ nos apostamos y cada vez que pasaba, además de bufar y bramar, lanzaba insultos.

En otro momento, discutí con una empleada administrativa de la UNA que me exigía mi cédula, carnet universitario y nombre (sólo le faltó constancia de nacimiento y número de cuenta bancaria)a lo cual respondí negativa pero amablemente. Eso parece haber irritado a la señora pero no supo que decir cuando le pregunté con qué autorización y amparada en cuál norma me exigia lo que exigía. A pesar de su ignorancia, me sorprendió lo que dijo: "dígame su nombre, nosotros tenemos todo un sistema donde lo vamos a identificar". Me pregunto: ¿estaba yo en una universidad o en una sucursal de la Gestapo? Lo digo porque me asustó la amenaza estalinista que esbozó la susodicha.

Y para terminar, los amables y educados opositores al tratado agredieron a una de las dirigentes universitarias del SÍ. De manera muy valiente, dos hombres (machos de los machos) la golpearon cuando no había nadie cerca para defenderla. En ese momento comprendí que, a pesar de que en todo lado la palabra UNIVERSIDAD estaba escrita, en ningún lado se reflejaba la acepción propia del término: universalidad de ideas, de culturas, de personas, de criterios y argumentos. Y esa historia se repite también en la casa de enseñanza por excelencia de nuestro país: la UCR donde parece que es preferible premiar el insulto y el ataque en vez de la idea. Hace rato dejaron de abundar las personas razonables en las universidades costarricenses, para dar paso a los fanáticos que, como tales, actúan exclusivamente con la pasión. Por eso su lema es mi corazón dice NO y punto, mientras las neuronas están ocupadas en memorizar las alabanzas a Fidel y a Hugo Cháves (Cháves como el Secretario General del SITUN). Pero al fin y al cabo relucieron dos cosas hermosas del comercio: vendedores haciendo su agosto con los refrescos (el sol calentó en exceso las cabezas de algunos) y la acción de los mismos revolucionarios criollos que importan cánticos y consignas y exportan apoyos y sentimientos. Y todo eso gracias a que el comercio de ideas es libre.

Alejandro Barrantes Requeno
Estudiante de Ciencias Políticas

martes, 4 de septiembre de 2007

Actividad del Sí al TLC


Este jueves 6 de setiembre, de 9 am a 12 m, habrá una actividad de los universitarios que estamos con el SI en la explanada de Ciencias Sociales de la UNA. Lo está organizando un grupo de estudiantes de la UNA y la idea es que llegue gente de todas las universidades para manifestar nuestro apoyo al TLC